Surfeando (Sybille y Fly)

Cogi la tabla de surf, luego de haber estado estudiando para piloto de avion, cosa que me pasó hacer el año pasado, parte del año haciendo codos para poder entrar en la academia de pilotos que habia aqui, lo logré, aunque este año no daba abasto, entre trabajar y estudiar no podia tener tiempo para surfear, porque ni en vacaciones no paraban de exigirnos cosas, pero debia admitir que los retos siempre me gustaron, aunque quizas me estaba sobreimponiendo demasiado, bah, da igual.

Cogi la tabla y llegué a una de las playas que más me gustaba, el viento aqui siempre o casi siempre solia estar a favor, era como cuando surfeaba en invierno, pocas veces, pero lo hacia, todo deporte de "tablas" me gustaba, desde el snow, hasta el skate, pasando por el surf...sonrei y vi el mar, con esas olas con las que solia hacer piruetas y caerme, asi que fui corriendo hacia la mar y cuando estuve dentro, empecé a remar para luego de divisar una ola, me subi sobre la tabla, poniendome porsupuesto el cordon de seguridad, y empecé a surfear, pasando por el tunel de la ola, sonriendo...si, no me podia quejar de nada.

Este deporte era uno de esos que te hacia olvidar las cosas que de alguna manera se quedaban en la retina, como el hecho de no tener padres y carecer de algo que parecia demasiado normal, creo que quizas seria hora de buscar un poco en el pasado, almenos saber porque me habian dejado...me preguntaba todo eso mientras surfeaba y como era evidente cai, saque la cabeza afuera y vi que venia otra, necesitaba poner la mente en blanco, osinos que piloto seria si me empanaba con nada? sonrei y volvi a subir, aunque perdi la ola.

Empecé a remar de nuevo, sintiendo en mis manos el agua fría del mar, normal que hubiera algun surfista de los tres, al fin y al cabo esto era Australia, uno de los paises donde más surfistas habia...sonrei remando poniendome en posicion de nuevo, para coger otra ola, esta se esperaba mucho mejor que la anterior, estuve por los momentos, por los aires con la tabla y logré aterrizar bien, siguiendo la ola, notando como esa mezcla de aire y agua chocaban en mi cuerpo, esa sensacion de que dominaba la ola, de formar parte de la ola, del mar...como un delfin? más quisiera, aunque aborrecia esos animales y no sabia muy bien porque, preferia los tiburones, no se iban con rodeos.

Segui surfeando tranquilamente, haciendo los movimientos necesarios para aguantar el equilibrio sin caer, aprovechando las olas, por muy pequeñas que fueran.

Aquel día no me había levantado muy bien. Aquellas pesadillas me perseguian de nuevo.
Las mañanas en el orfanato era un verdadero caos, con tanto niño suelto era dificil desayunar en paz por lo que me metí en la cocina seguida por Nibs, el gatito negro, cogi con un par de tostadas y una botella de leche y salí de la casa con una de las tostadas en la boca y con el gatito en brazos y una gafas de sol viejas sobre los ojos rumbo a la playa Destbir donde suponia que debia haber algun que otro surfista y entre ellos mi "hermano" Mike.
La playa, un lugar con fantasticas olas y perfecta para relajarse. No había casi nadie, supongo que sería porque era temprano, pero en la playa, sobre las olas pude divisar a mi mejor amigo desde siempre Michael. Dejé al pequeño gato en la arena el cual se puso a corretear hasta la primera linea de playa y cuando el agua se acercaba a el Nibs huia de ella. Me senté en la arena dejando mi raido bolso a mi lado mirando las virgerias que Mike hacia sobre el agua. Debia admitir que era un buen surfista. Me preguntaba si a Sibylle se le ocurriria la misma idea que a mi ya que aquel dia por la mañana no la habia visto y no le había dicho que iva a ir allí.

Se puede decir que aquella mañana me desperté tarde. Bastante tarde. A pesar de que por las mañanas era imposible estar tranquila en el orfanato (debido a los chillidos incorregibles de las niñas más pequeñas con las que había que compartir habitación, y los chillidos de los niños que se escuchaban a lo largo y ancho del pasillo al que daba la habitación femenina. Sin embargo, cuando podía conciliar el sueño, ya podía caer una bomba. Era imposible levantarme. Al fina, con las sábanas más pegadas al culo que a otra cosa, di un salto de la cama al darme cuenta de lo alto que se encontraba el sol. Me vestí lo más rápido que pude con lo primero que encontré (yo no tenía lo que se dijese mucha ropa, aunque me importaba poco) y salí corriendo de la habitación, con el pelo enmarañado. Mientras corría por los pasillos hacia el comedor para pillar algo para el desayuno, me hice una coleta en los enredos imposibles. Pensé que tendría un aspecto horrible.

Al llegar al comedor me di cuenta de que solo quedaban desayunando dos chabales que al parecer se había demorado también a levantarse. Sin embargo, en la mesa había un plato de más de algunas cosas que el resto había dejado intactas y que todavía no habían recogido. Les di los buenos días alegremente a los dos chicos y cogí un par de magdalenas, dispuesta a salir del comedor para buscar a Fly. No había ni rastro de ella por el orfanato y tampoco había conseguido encontrar a su gatito Nibs, que siempre que lo encontraba husmeando por los pasillos me llevaba hasta donde estaba ella.

Pensé, y me dispuse a visitar los dos primeros sitios que se me pasaron por la cabeza. Paré en el estanco, donde sabía que tenía que tener mucha suerte para encontrar a Fly pues no sabía a que hora podía haber salido, pero ya que no la encontré aproveché para comprarme mi sustento de tabaco semanal (o tal vez cada tres días, nunca se sabía) y luego me dirigí al segundo sitio que se me había venido a la mente antes de salir del orfanato.

Diez minutos después me encontraba en la playa Destbir, donde había las mejores olas de la isla, y donde supuse que si había ido Mike, Fly debía haber ido al encuentro de éste. Sonreí en cuanto divisé a mis dos ''hermanos'' Fly estaba sentada en la arena, y Nibs caminaba por la arena dando vueltas al rededor de ella, dándole ascos al agua. Mike, por el contrario, se encontraba surfeando (como no).

Me vinieron de repente unas ganas locas de tirarme al agua, que se veía realmente apetitosa, y tan pronto como lo pensé, lo hice. Me puse a correr hacia la orilla y en cuanto pasé por el lado de Fly grité un ''BOMBA'' para avisarla de que estaba allí y seguí corriendo para meterme de cabeza en el agua.

Nibs correteaba a mi alrededor, acercandose y alejandose a toda velocidad del agua cuando las olas acariciaban la arena de la playa. Miré el horizonte, el sol aún no había acabado de salir, por lo que algunas zonas del cielo eran de un color anaranjado y el orbe amarillo que producia el calor que nos mantenia vivos aún quedaba algo oculto tras los acantilados, eso acantilados altisimos desde los que alguna vez que otra podias ver gente precipitarse al mar. Yo misma pasaba tiempo allí en ocasiones y otras tantas me había dejado arrastrar por la fuerza de la gravedad hasta el agua embravecida del mar. Busqué a Mike con la mirada de nuevo, justo en el momento en el que le vi remar mar adentro un voz pasó por mi lado gritando "BOMBA". Pude ver la cabellera castaña de mi mejor amiga meterse en el agua acto seguido de su grito.
Rei divertida levantandome, me sacudí la arena y me saqué los viejos botines con los pies. Dejé el bolso al lado de estos y me quité la camisa campera que llevaba dejando ver la basica blanca que llevaba debajo. Nibs ladeó la cabeza y se agazapó entre mis cosas como si pudiese leerme la mente. Eché a correr, sin pensar, hacía el agua y me zambullí en ella de un salto mal dado, agarrando a Sib por el brazo para hacerle notar que estaba allí. -Bueno dias.- grité para hacerme oir por encima del ruido que el agua provocaba al chocar contra la playa. Le solté el brazo y nadé divertida hacia atras. No era una nadadora experta ni profesional, pero supongo que vivir en un lugar rodeado de agua te hacía ser mejor nadador que una persona que vive rodeada de montañas.
Dejé que mi cuerpo flotase en el agua, cerrando los ojos. Eso me hacia sentir mejor, relajada. Me hacía sentir que no debia temer a nada, a nada que no fuese Sib que rondaba por ahí y conociendola como la conocía era capaz de hacerme una aguadilla aprovechando que no la veia. Pero como el agua no le hacía daño a nadie no abri los ojos, aquella era una forma más de jugar.