Every Night. [Libre]

Allí se encontraba. Vestida con a penas un pantalón corto de cuero y una camiseta de tirantes abierta por la espalda que enseñaba más que tapaba, detrás de la barra de aquel bar, más sucio y lleno por momentos de gente y colillas esparcidas por el suelo. Ella misma, por no ir más lejos, tenía una en aquellos momentos entre sus dedos índice y corazón una colilla que observaba de vez en cuando, entre chupito y chupito servida a la clientela ansiosa por empapar sus venas en alcohol. Pero que iba a decir ella, era su trabajo y punto. Siempre había tenido todo lo que había querido, pero si algo tenía claro, era que las castañas del fuego se las sacaba una solita, con trabajo, y que no iba a seguir aceptando dinero de esos desconocidos que tanta curiosidad le causaban.

Pero ahora se encontraba en el trabajo y aquello era poco importante, se limitaba a observar a los clientes y servirles lo que querían, a la espera de encontrar algo divertido en lo que fijarse mientras pasaba su jornada.

Entre en aquel bar, exclusivamente por curiosidad. Llevaba una camiseta negra que me destapaba el hombro derecho solamente, unos pitillos oscuros y unos tacones de vértigo. Nunca había estado allí y me pareció interesante ver el ambiente que se respiraba. Solo de entrar, ya vi a un par de chicos haciendo bromas y peleándose, me aleje lo más que pude para que no recibir un puñetazo o algo peor.
Me dirigí rápidamente a la barra donde había la camarera para pedir mi bebida - Ponme un ron con coca cola, por favor...- dije mirando a la camarera esperando respuesta.
Busque en el bolsillo de mi pantalón un cigarro y me lo puse en la boca... no encontraba el mechero - Disculpa, ¿tienes mechero?- Le pregunte con vergüenza. Mire alrededor mientras esperaba mi copa y el mechero en busca de alguien conocido...

Justo cuando estaba a punto de meterse el cigarro en la boca, una clienta que no sabía si acababa de entrar o llevaba un rato por el bar apareció delante de ella pidiéndole un ron con cola entre el ruido de una guitarra proveniente de los altavoces que las rodeaban. Eso sí, Mandy tenía una cosa clara, y es que no le sonaba ese rostro de haber pasado antes por aquel sitio. Cruzándose de hombros, se llevo lo poco que quedaba de su cigarro a la boca pero justo antes de ir a por la bebida escuchó de nuevo a la clienta preguntándole si tenía mechero. Se alejó de la barra despreocupadamente buscando un vaso en el que puso un par de hielos y luego a por la botella del licor que había pedido, echándolo dentro del vaso, para luego añadir la coca-cola, que se encontraba en una nevera debajo de la barra.

Una vez servido, se sacó el mechero del bolsillo trasero, dando una calda de su ya inexistente cigarro que apagó de inmediato sobre uno de los ceniceros que había en la barra y le entrego a la chica el vaso y el mechero.

-Aquí tienes.-dijo sin más.

Me quede mirando a la camarera... parecía muy amable pero no hablaba mucho. Le cogí el mechero mientras le dedicaba una media sonrisa como signo de “gracias” y encendí mi cigarro. Le deje el mechero a la vista para que pudiera cogerlo y le di un trago a la bebida. – Aquí tiene el mechero… Gracias…- y le deje algo de propina.
Me levante para pasearme por aquel lugar y conocerlo mejor. Las canciones que ponían me encantaban, aunque yo era de esas que no bailaba mucho si no era estrictamente necesario, así que me volví a sentar en la barra y bebí otra vez.
De golpe… me sentí mareada… y supe que me pasaría lo de siempre, con tanta gente a mí alrededor sabia que tarde o temprano acabarían por meterse en mi cabeza, no podía evitarlo. Todas las voces me hablaban a la vez y no entendía nada. Me lleve las manos a la cabeza y cerré fuertemente los ojos, pero las voces no cesaban...

Observó de reojo como la chica se encendía el cigarro con su mechero y luego se lo devolvía. Mandy lo cogió de la barra preocupadamente y volvió a metérselo en el bolsillo trasero del pantalón. Su cigarro ya se había acabado pero no importaba, pronto volvería a tener otro en los dedos. Cogió un paño y lo pasó por la barra, para limpiarla. Era algo que le salía ya de hacer automáticamente. Volvió a levantar la vista hacia la chica, pero ya no se encontraba en la barra. Mandy se encogió de hombros y se giró para coger otro cigarro de su paquete, que reposaba en una de las mesas donde se encontraban las botellas de alcohol. Sin embargo, tras enchufarse el cigarro y volver hacia la barra, encontró de nuevo a la chica, que sostenía su cabeza entre sus manos. Se acercó a ella con la ceja alzada.

-¿Estás bien?

Las voces poco a poco fueron cesando hasta solo quedar una que pensaba: - ¿Que le pasara a la pobre chica?-
Levante la vista poco a poco y me tope con la cara de la camarera preguntándome si me encontraba bien. Seguramente la voz que sentía en mi cabeza era de ella - Si, solo ha sido un mareo... no pasa nada... pero gracias igualmente- dije a la muchacha con una sonrisa. No quería decirle que mi problema es que tenia los poderes de leer la mente de la gente y que era una Genetishce... había mucha gente que le daba miedo acercarse a alguien como yo.
-Por cierto... ¿hace mucho que trabajas aquí?- Le dije intentando sacar un nuevo tema de conversación. Bebí un trago de mi ron con coca-cola y le di una calada a mi casi acabado cigarro.

Observó a la chica con atención, a pesar de que su punto fuerte no era consolar a las personas, ni escucharlas, ni nada por el estilo, y mucho menos cuando se encontraba trabajando. Pero sabía, o al menos creía que conocía aquél tipo de reacciones repentinas. O la chica sufría jaquecas, o era una genetishce rasse con problemas. Bueno, Mandy tampoco era de las que iban por ahí averiguando cuantos humanos, genetishce o letztes había, aunque no podía negar que era siempre una curiosidad bastante grande. A pesar de todo, la chica pareció asegurarse de que fuera lo que fuese que perturbaba su mente desapareciera y así acabó sonriendo a Mandy. Esta simplemente se encogió de hombros, unos hombros que volvieron a su estado natural cuando la chica le preguntó cuanto hacía que trabajaba allí.

-Hace unos meses me dejé caer por aquí, y pasé de estar donde estás tú ahora, a donde estoy yo.-contestó sin más, no había sido exactamente así. Había acabado borracha antes de que el jefe tuviese que hablar con ella para echarla, y al final la contratase. Cosas que pasaban.-¿Es la primera vez que vienes?

La mire fijamente. Las voces ya habían cesado y estaba más tranquila. Relaje todo el cuerpo y di un sorbo a mi bebida, apoyando el codo en la barra. Aquella camarera era de esas personas que no hablaban mucho… lo sabía porque le había leído la mente instintivamente. No quería hacerlo pero no podía remediarlo. –La verdad es que si, nunca había estado aquí.- bebí otro sorbo intentando dejar atrás esos pensamientos - Hay un buen ambiente por aquí.- dije mirando alrededor y viendo a la gente bailar animadamente.
Busque en mi bolso y por suerte encontré un mechero. No sabía que estaba allí. Encendí un cigarro y le di una larga calada. Eso me relajaba cuando tenía esa clase de problemas.
Seguí mirando alrededor pero no encontré a nadie conocido, eso me desanimo un poco. Me acabe la bebida y le di otra calada al cigarro.